Argentina: El avance de la derecha
Autora: Silvia Chejter
En los últimos años, Argentina ha experimentado un fuerte avance de las fuerzas de derecha, incluyendo la extrema derecha, lo cual representa una amenaza grave para la democracia. Tras un gobierno popular (2019–2023), en 2023 asumió el poder Javier Milei, con un discurso abiertamente antiestatal y propuestas radicales. A pesar de haber sido electo democráticamente, su gobierno ha implementado políticas que desmantelan las instituciones democráticas, restringen derechos fundamentales y favorecen a las élites económicas.

Desmantelamiento del Estado y políticas regresivas
Desde el inicio de su mandato, Milei ha declarado su intención de destruir el Estado. Bajo el pretexto de eliminar “el gasto innecesario”, ha eliminado o recortado políticas sociales, de salud, educación, ciencia, cultura y seguridad social. Se han privatizado empresas públicas, aumentado las regulaciones contra trabajadores y sectores medios, y restringido el derecho a huelga, al declarar la mayoría de las actividades como “servicios esenciales”. Muchos derechos laborales, sociales y colectivos han sido desmantelados mediante decretos presidenciales.
Paralelamente, ha habido despidos masivos, cierre de organismos públicos, desfinanciamiento de espacios de memoria y violaciones a los derechos humanos. Las protestas sociales suelen ser reprimidas, salvo en casos excepcionales de movilizaciones masivas, como las del 24 de marzo y la marcha universitaria.
Ataque a la democracia e instituciones
El gobierno ha socavado la separación de poderes. Milei gobierna por decreto, anulando leyes existentes y boicoteando el funcionamiento del Congreso mediante presiones, chantajes y sobornos. El Poder Judicial actúa en complicidad con el Ejecutivo y persigue a líderes opositores, como en el caso de Cristina Fernández de Kirchner, recientemente condenada.
Desde el discurso público, se fomenta el odio y la polarización. El presidente utiliza insultos y descalificaciones contra periodistas, legisladores y ciudadanos críticos, promoviendo una visión autoritaria y antipluralista.
Factores que permitieron el ascenso de la derecha
El avance de la derecha en Argentina se debe a múltiples factores:
- La pérdida de representatividad de los partidos tradicionales y su falta de propuestas concretas.
- El desgaste y los errores de los gobiernos populares, que no enfrentaron problemas estructurales como la fuga de capitales, la concentración económica ni reformaron la justicia.
- La utilización por parte de la derecha de discursos simplistas y efectistas (“libertad”, “cambio”), que apelan al descontento social.
- El uso intensivo de redes sociales y medios para construir liderazgos carismáticos y difundir ideología de derecha.
- La falta de reacción oportuna de los sectores progresistas, que no lograron ofrecer una alternativa convincente.
- Un contexto de creciente desesperanza y despolitización social.
Milei supo dominar la agenda mediática, incluso con propuestas extremas como eliminar la justicia social, privatizar órganos humanos o desmantelar por completo el Estado. Lo que parecía una caricatura terminó convirtiéndose en realidad electoral, sin una respuesta firme desde las instituciones o la dirigencia política.

Contexto estructural y geopolítico
Más allá de Milei, Chejter subraya que ningún gobierno reciente —ni siquiera los populares— enfrentó las raíces profundas de la crisis argentina: una economía subordinada al capital financiero global, una élite económica concentrada, y una estructura de poder que perpetúa la desigualdad. La deuda externa, especialmente la contraída ilegalmente durante el gobierno de Macri y aceptada luego por gobiernos sucesivos, somete a Argentina a las exigencias del FMI.
Además, el actual gobierno refuerza la alineación con Estados Unidos (bajo el liderazgo de Trump), debilitando los organismos de integración regional como el Mercosur o la CELAC.
Resistencia y desafíos
A pesar del contexto adverso, existen expresiones de resistencia: protestas callejeras, acciones legales, amparos judiciales, denuncias ante organismos internacionales. Algunas medidas regresivas han sido frenadas por fallos judiciales. No obstante, los desafíos son enormes y requieren una rearticulación de fuerzas progresistas, una recuperación del sentido colectivo de la política y una estrategia cultural a largo plazo.